Cuando llega un bebé a casa es una gran alegría para toda la familia, pero también representa un cambio importante en los hábitos de la casa. Esto puede ser algo difícil para tu perro si hasta ese momento era el consentido de la casa.
Por lo general, los perros y los niños se llevan muy bien, además de que se considera saludable que los pequeños crezcan junto a sus mascotas. De esta forma, aprenden a compartir la atención y a medida que van creciendo, adquirir sentido de responsabilidad.
No obstante, si tu perro no está acostumbrado a convivir con bebés es muy importante una preparación previa. Así, el encuentro será placentero tanto para tu amigo peludo como para el bebé y podrán formar una relación especial.
Consejos para preparar a tu perro para la llegada del bebé
Los perros son animales que se caracterizan por su fidelidad y suelen ser bastante afectuosos con los humanos que consideran parte de su familia. Asimismo, son beneficiosos para los niños porque al crecer junto a sus mascotas adquieren mayores habilidades sociales y generalmente desarrollan menos alergias.
Para que el encuentro entre los consentidos de la casa sea exitoso, lo mejor es preparar a tu perro adecuadamente para recibir adecuadamente al nuevo integrante de la familia. A continuación te traigo algunos consejos que te ayudarán en este proceso.
1. Tomar en cuenta su comportamiento habitual
Lo primero que debes tomar en cuenta es la forma de actuar de tu mascota en distintas circunstancias, a fin de realizar los ajustes que sean posibles. Por ejemplo, si suele realizar saludos muy efusivos y es de una raza grande tendrás que tener cuidado cuando el embarazo esté avanzado y en los primeros contactos con el bebé.
En el caso de que tenga conductas nerviosas o no obedezca bien las órdenes, lo mejor es llevarlo a un educador canino a fin de irlo entrenando. Una de las mejores opciones es SentidoAnimal, donde ofrecen desde clases grupales hasta individuales, para que tu perro aprenda a modificar su conducta en un ambiente tranquilo y amoroso.
2. Ajustar el cambio de rutinas y horarios
Si es necesario hacer cambios en las rutinas de tu perro, lo mejor es hacerlo de forma gradual en los meses antes del nacimiento. Así, si la mascota acostumbraba a dormir en tu cama o habitación, deberás procurarle un espacio propio en el que pueda descansar con comodidad.
En la medida de lo posible, debes planificarte para no cambiar sus horarios de comida y de paseos, a fin de que no se sienta desplazado. Si consideras que no siempre te será posible llevar a sus caminatas diarias, contrata con tiempo un paseador de perros a fin de que se vaya familiarizando con este.
3. Dedicarle atención a tu mascota
Aunque indudablemente el bebé se convertirá en el centro de atención de la casa, no debes descuidar a tu amigo canino. Recuerda que hasta el momento de la llegada del pequeño a casa, todas las muestras de afecto eran para el perro.
Por tanto, dedica una parte de tu tiempo a compartir con tu mascota y mostrarle que es parte importante de la familia. Cuando el bebé esté durmiendo es un momento ideal para jugar un rato con tu perro y hacerlo sentir que es muy especial para ti, aunque también procura compartir actividades donde todos participen.
4. Permitirlo conocer los juguetes del niño
Uno de los problemas que seguramente se te va a presentar con el perro, es que los juguetes del bebé le serán muy atractivos. Estos suelen ser coloridos y de textura blanda, lo que puede ser una tentación difícil de vencer sobre todo si tu mascota es muy juguetona.
Para que se vaya acostumbrando, una buena opción puede ser colocar algunos juguetes en lugares a los que el perro pueda llegar y hacerlo ver que no debe tocarlos. Cuando esto ocurra, retira el juguete (que debes desechar) y sustituirlo por uno de los suyos, hasta que aprenda que esos son los que puede utilizar libremente.
5. Familiarizarlo con los olores y sonidos del bebé
Los perros son animales con un sentido del olfato y del oído muy desarrollados y por tanto es importante que le permitas empezar a conocer los nuevos sonidos y olores en casa. Una buena técnica puede ser colocar grabaciones con llantos y balbuceos de bebé a fin de ver cómo reacciona ante estos.
En cuanto a los olores, cada bebé tiene el suyo particular así que lo mejor es esperar que el niño nazca y antes de llevarlo a casa, hacer oler al perro su ropita usada. De esta forma, cuando tengan el primer contacto físico ya será familiar para la mascota.
6. Planifica el momento de la presentación
Ha llegado el gran día en que tu bebé y tu mascota se van a conocer y debes hacer que sea un momento muy especial. Te recomiendo que al llegar a casa, lo primero que hagas sea acariciar al perro a fin de que sienta tu afecto.
Es importante que en este primer encuentro se encuentren al menos dos personas, a fin de poder controlar al perro en caso de ser necesario. Acerca al bebé con mucha calma y permite que se familiarice con su olor.
Si muestra un comportamiento tranquilo, felicítalo y acarícialo para que sienta que tiene una conducta correcta que te gusta. Intenta no llamarle la atención cuando interactué con el niño para que no lo asocie con una actitud negativa y nunca los dejes solos.
7. Vigila la convivencia
En los primeros meses de vida del bebé, la interacción entre este y la mascota estará muy controlada. Pero a medida que el niño vaya creciendo y empiece a gatear y caminar, es posible que no controle su fuerza al jugar con el perro y pueda hacerle daño.
Si el niño empieza a tirar de la cola o las orejas del animal y este comienza a gruñir, te está advirtiendo que se siente incómodo y debes intervenir. Asimismo, debes ir enseñando a tu bebé que el perro siente dolor y debe tratarlo con cuidado.
Además, conviene entrenar al perro con algunas órdenes que le indiquen que debe alejarse del lugar. No obstante, esto debes hacerlo con una actitud positiva y amorosa y no con un tono de voz alta que demuestre enfado con tu mascota.