Los probióticos son de gran ayuda para los bebés porque permiten mejorar la salud general de su organismo. Su uso está cada vez más extendido porque puedan ayudar a mejorar la salud de los más pequeños de la casa. A continuación te contamos qué son los probióticos, los principales beneficios que tienen para los bebés y todo lo que debes tener en cuenta para administrarlos de forma segura a los más pequeños.
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son un tipo de bacterias saludables que viven en nuestro organismo de manera natural. De esta manera, administrando probióticos en las dosis adecuadas es posible mejorar la salud del organismo de los seres humanos a nivel general, sobre todo las de los bebés. De esta manera, el uso de probióticos, tanto en niños como en adultos, es cada vez más común.
Al tratarse de organismos vivos, deben consumirse en las cantidades adecuadas para ayudarnos a equilibrar la población de bacterias de nuestros intestinos de manera eficiente, así como a prevenir que las cepas que causan enfermedades puedan expandirse.
De esta manera, los expertos reseñan que los probióticos deben cumplir tres características clave para resultar beneficiosos para la salud de las personas adultas y de los bebés. Primero que nada, los probióticos no pueden ser perjudiciales para la salud bajo ninguna circunstancia.
En segundo lugar, para que los probióticos puedan influir de manera eficiente en nuestros procesos metabólicos o actuar como moduladores de las respuestas inmunitarias, es fundamental que se adhieran de manera correcta al epitelio intestinal y que puedan colonizarlo de manera segura.
En tercer lugar, resulta fundamental que los probióticos de venta en el mercado farmacéutico cuenten con todos los ensayos clínicos necesarios para certificar todas sus propiedades, si bien se trata de un criterio que puede resultar bastante complicado de establecer en la gran mayoría de ocasiones. De esta forma, los probióticos más utilizados en la práctica clínica suelen ser las levaduras y las bacterias de distintos géneros, según los expertos.
¿Para qué son los probióticos en bebés?
Los probióticos se utilizan en las embarazadas y en los bebés porque cuentan con efectos antialérgicos, ayudan a restablecer el equilibrio natural en la flora intestinal y en la vaginal en el caso de las mujeres embarazadas, son anti-inflamatorios y también sirven para aumentar las defensas.
Los probióticos pueden estar presentes en los preparados lácticos con bífidobacterias y lactobacilos, pero también en los yogures, y además pueden incluirse en muchos productos diferentes, tanto en forma de alimento como en forma de suplementos dietéticos o de medicamentos.
Entre las formas más comunes que existen para la administración de probióticos encontramos por tanto los productos lácteos y los alimentos que cuentan con probióticos añadidos, aunque también podemos encontrar en el mercado cápsulas, comprimidos y sobres que incorporan estos microorganismos de manera liofilizada.
Para los bebés, han demostrado ser especialmente eficientes a la hora de tratar las diarreas agudas infecciosas, así como en la prevención de las diarreas que se asocian al consumo de antibióticos en niños, así como también para el tratamiento de diferentes enfermedades inflamatorias intestinales como la reservoritis o la colitis ulcerosa.
Son también interesantes para tratar los problemas derivados de la mala digestión de la lactosa, del síndrome de colon irritable y de otro tipo de problemas similares.
Por otro lado, también son útiles en otro tipo de situaciones, como para tratar los problemas de asma y las enfermedades con base alérgica, para prevenir las infecciones urinarias, para prevenir y disminuir la gravedad de las infecciones en recién nacidos prematuros, para prevenir la aparición de tumores y para disminuir los niveles de colesterol.
¿Qué beneficios tienen los probióticos en bebés?
Los probióticos en bebés pueden ser interesantes en la leche materna. Esta leche promueve en gran medida la formación de la flora intestinal en los bebés. De esta manera, si hablamos de leche de fórmula artificial es fundamental que ésta incluya probióticos para conseguir aportar a los bebés todos los beneficios con los que cuenta la leche materna.
Los probióticos son necesarios porque permiten reducir el riesgo de infecciones gastrointestinales en los bebés, así como contribuyen en gran medida a su tratamiento de manera eficiente. También son interesantes para controlar las manifestaciones de atopia y diversos estudios han confirmado que permiten reducir en gran medida la frecuencia de los cólicos y de la irritabilidad en los bebés.
De esta forma, los probióticos se están incorporan a las leches maternas con éxito en los últimos años, y también se pueden incorporar a la alimentación de los más peques de la casa en forma de suplementos alimenticios para lactantes, que deben administrarse siempre al bebé bajo supervisión médica y siguiendo los consejos de los profesionales.
¿Cuándo usar probióticos en bebés?
Del mismo modo, según los expertos, existen algunas situaciones concretas en las que existen evidencias en diferentes ensayos clínicos de que los probióticos pueden ser interesantes para tratar diferentes problemas en los bebés.
En primer lugar, los probióticos serán interesantes para tratar las diarreas asociadas a antibióticos. El uso de probióticos de manera preventiva durante la administración de antibióticos a los bebés permitiría reducir el riesgo de diarrea en los pequeños más de un cincuenta por ciento. En estos casos, lo mejor es preguntar al pediatra cuál es el mejor probiótico que podemos dar a los pequeños y como debemos administrárselo, teniendo siempre en cuenta que el tratamiento debe empezar siempre antes de que aparezcan los primeros signos de diarrea si de verdad queremos que sea eficiente.
Por otro lado, los probióticos también son interesantes para tratar las diarreas agudas provocadas por virus. Los probióticos son el tratamiento perfecto para complementar la rehidratación oral ya que, determinadas cepas podrían ayudar en gran medida a reducir la duración y la intensidad de los síntomas.
Asimismo, los probióticos en bebés serán interesantes también para tratar los cólicos del lactante. Según los expertos, los probióticos ayudarán en este punto a reducir en gran medida los episodios de llanto, las regurgitaciones y las deposiciones de los bebés en este tipo de problemas.
Ahora bien, en este punto resulta importante recordar que existen diferentes factores que pueden afectar a la microbiota del bebé, como la forma de alimentarse, el tipo de parto, los antecedentes familiares de alergias, etc.
Los probióticos en bebés pueden usarse también para tratar la enfermedad de los enterocolitos necrotizantes, una enfermedad que puede ser mortal en los bebés prematuros. Con los probióticos es posible prevenir un su incidencia, estando recomendado su uso sistemático para los bebés prematuros, exceso en los de muy bajo peso, ya que no existen datos para este grupo de riesgo.
Por si todo esto fuera poco, los probióticos también son una buena alternativa para prevenir y tratar las enfermedades atópicas en los bebés. El uso de probióticos durante el embarazo y después su administración a los bebés permite reducir el riesgo de que los pequeños puedan llegar a desarrollar eccemas. Ahora bien, los expertos coinciden en que existe poca evidencia en este ámbito como para recomendar el uso de probióticos en bebés de manera rutinaria.
¿Cómo dar los probióticos a los bebés?
Actualmente es posible encontrar en el mercado muchos productos diferentes que se comercializan con probióticos entre sus componentes. En primer lugar, podemos encontrar sin problema probióticos en diferentes productos alimentarios. Se trata de diferentes tipos de alimentos enriquecidos con probióticos. Una de las fuentes principales de estos alimentos naturales es el yogur, dónde podemos encontrar Bifidobacterium y Lactobacillus, que se suelen usar también para la fermentación de la leche. Otra alternativa interesante pasa por elaborar nuestro propio kéfir, que cuenta con muchos beneficios para la salud y puede ser muy recomendable para los bebés.
Por otro lado, encontramos probióticos con una presentación bastante más parecida a la de diferentes tipos de fármacos o de medicamentos. Como hemos indicado al principio, existen muchos tipos de probióticos diferentes y cada cepa cuenta con unas características distintas y con una acción que no suele ser equivalente. En Valentia Biologics, una de las marcas de referencia a nivel de complementos alimenticios, se pueden comprar probióticos tanto para niños como para adultos, habiendo superado los rigurosos exámenes de calidad a los que se someten este tipo de productos, por lo que es una buena opción para obtenerlos.
De esta manera, lo que recomiendan los expertos, profesionales y pediatras antes de adquirir un probiótico es que nos aseguremos de que lleva las cepas adecuadas para los bebés y para los más pequeños de la casa, tanto en lo que a número se refiere como en condiciones de viabilidad.
También es importante valorar que el probiótico que escojamos no presenta riesgos de contaminación por alérgenos o por otros organismos no deseables que pudieran resultar peligrosos para el bebé, como por ejemplo la proteína de leche de vaca o el huevo para los alérgicos.
Posibles efectos secundarios de los probióticos en bebés
Finalmente, si te estás preguntando cuáles son los posibles efectos secundarios que pueden tener los probióticos en los bebés debes tener en cuenta algunos aspectos concretos.
En primer lugar, los expertos reseñan que el uso de probióticos en bebés sanos es totalmente seguro, y este tipo de productos se aplican para tratar todo tipo de patologías. Ahora bien, algunas de estas patologías cuentan con algunos factores que suponen más riesgos que otras para desarrollar complicaciones.
De esta manera, los expertos recomiendan consultar siempre con el pediatra antes de consumir probióticos o administrarlos a los bebés o a mujeres embarazadas. Es fundamental seguir a raja tabla las indicaciones de administración de los farmacéuticos y de los profesionales médicos, la correcta lectura del etiquetado del producto y su revisión, sobre todo en caso de padecer algún tipo de alergia alimentaria.